Guillermo del toro ha vuelto a dirigir otra obra, en este caso ha elaborado una adaptación de un clásico, al que él ha dado forma y cambiando algunas cosas de la historia original ha creado su propia película. ¿Son buenos los cambios? A mí personalmente me han gustado. Tampoco conozco en profundidad la obra de Mary Shelley, escritora de la novelista. Esto hace que al desconocer en detalle el origen de Frankenstein, la haya disfrutado.
Guillermo del toro expresa muy bien los sentimientos tanto de la criatura como de Víctor. Esta expresión es verbalizada casi en todo momento, por lo que el espectador puede sentir empatía por la criatura, la cual busca aceptación, siendo consciente que es un monstruo. Por el contrario tenemos a Víctor Frankenstein, con sus dilemas morales, quien expresa de igual manera el por qué actúa de esa manera. Ambos personajes son bastante bien interpretados tanto por Jacob Elordi como por Oscar Isaac, con actuaciones llenas de ímpetu y transmitiendo lo que sienten los personajes en todo momento.
El climax de la película ha sido bastante satisfactorio, aunque tenía otro final en mente. Desconozco el final original, pero me ha gustado mucho el desenlace de esta historia, cómo exponen cada uno de los protagonistas sus ideales, sus deseos, acompañado de escenas bastante buenas y llamativas.
El único pero que le pongo es la excesiva expresión de todo lo que pasa por la cabeza de los personajes, en concreto, de Víctor Frankenstein. A veces no hacen falta palabras, con sus acciones es capaz de representar cómo se siente sin necesidad de entrar en una verborrea que puede llegar a ser cansina a veces.
Esta nueva versión de Frankenstein ha llegado por todas estas razones con fuerza y espero que sigan haciendo adaptaciones de los clásicos con esta calidad.

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