El juego pertenece al género de los puzles, donde manejamos por escenarios en 2D a Hue, un personaje que va en busca de su madre. Para ello debe superar una serie de puzles y sortear obstáculos. ¿Cómo los supera? Muy fácil, con una paleta de colores.
A lo largo de este juego de aproximadamente unas 4 - 5 horas, comienzas con la paleta vacía, hasta que consigues tu primer color. Una vez conseguido este, cuando lo seleccionas, el fondo cambia al color seleccionado y todo lo que sea de ese mismo color se mimetiza con el ambiente y desaparece, pudiendo así superar ese obstáculo. Esto da lugar a una gran cantidad y variedad de puzles muy originales. Conforme la paleta de colores se va llenando, aumenta con ello la complejidad de los puzles, apareciendo además diferentes tipos de objetos que nos lo pondrán difícil para superar las dificultades y los escenarios.
Obviando los ingeniosos y originales puzles, la historia que nos quieren contar es muy normal, sencilla, fácil de comprender. Es por ello que aquí no se destacan ni la trama ni los personajes, si no como ya hemos comentado, los puzles. Daría igual que el protagonista fuera otro personaje y tuviera otro objetivo. Lo que quería es pasar a la siguiente pantalla y comerme la cabeza para resolver la pantalla. He de decir además, que la dificultad es bastante equilibrada. Hay que pensar y usar el cerebro para sortear algunos obstáculos, no viéndose a simple vista, pero es bastante asequible.
Estas razones me hacen recomendar este original y divertido juego, donde el color es el gran protagonista de esta historia.

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