Último caso de los Warren, que se supone está basado en el caso real. Basado, pero no expresa ni una mínima parte de lo escalofriante que fue el auténtico infierno por el que pasó la familia de los Smurl. He escuchado las historias reales en multitud de medios de los casos del matrimonio Warren, y me hubiera gustado que hubieran reflejado lo que pasó realmente.
Por lo demás, y centrándonos en la película, pese a las malas críticas que tiene me ha entretenido. No se puede categorizar como terror, hay que reconocerlo. La historia que nos cuenta esta cinta tiene más carga dramática y emotiva y sobre todo, se le da más peso a todo lo que concierne al matrimonio Warren que lo que le sucede a la familia Smurl. Totalmente irónico.
Las partes terroríficas y de sustos, aunque están bien, en algunas escenas se nota el CGI demasiado irreal y no hecho del todo bien. Pero la mayoría de las escenas de los "fantasmas", cumplen sin llegar ni por asomo al sobresaliente. Además yo al menos, no he sentido esa tensión ni terror que he sentido en anteriores entregas de la saga.
Otra de las cosas que tampoco me han gustado ha sido la presencia de Ed y Lorraine Warren en el caso. La manera en la que lo resuelven me parece muy forzada. Añado que tardan demasiado en intervenir y cuando lo hacen no destacan. Es por eso que las escenas finales no me han gustado y la resolución del caso me parece ridícula. No explican nada del supuesto demonio ni del objeto. Veo que han dejado muchas cosas en el aire.
Estas razones hacen que la última entrega de Expediente Warren haya sido una de las que menos me ha gustado. Está entretenida, pero como película de terror no alcanza el aprobado o lo alcanza por los pelos.

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